Banff, cara a cara con la naturaleza
Nos detuvimos en la carretera -y más de una vez-. ¿La razón? Observar un oso que, en libertad, se dejaba ver con sus oseznos.
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▌Visitar Banff es adentrarse en un magnífico paraíso natural digno de un cuento.
Este parque nacional, que forma parte de las Montañas Rocallosas de Canadá -Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984-, atesora avistamientos de animales sorprendentes y espesa vegetación.
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Aterrizamos en Calgary y toda la carretera fue una aventura magnífica.
En este rincón del mundo hay mucho que ver, pero sin duda, los parajes más famosos son Banff y Jasper. Llegamos al primero con muchas expectativas y todas fueron rebasadas.
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Algunos lo llaman el lugar más lindo del mundo y, aunque no sé si lo es, confieso que se me salieron las lágrimas por tanta belleza junta.
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Este tesoro de Alberta se levanta entre altísimas Rocallosas y frente al lago que cambia de ¨cara¨ según la época del año. El spa es mundialmente reconocido, aceptan mascotas en la propiedad y resulta un oasis total de paz.
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¿Qué ver y qué hacer en Banff?
Este destino invita a explorarlo sin prisa. ¡Y es que tiene tanto que ofrecer! Casi todas las actividades se hacen al aire libre y es ideal para los amantes de la naturaleza.
▌Además de los imponentes osos, en tu visita observarás alces, lobos, ciervos -un par de ellos no me ¨dejaban¨ salir de mi cuarto porque decidieron comer las frutas del árbol que estaba justo afuera-, cabras que escalan las montañas con singular alegría, castores y muchas aves, entre otros.
Y no hay que ir a lugares remotos para observarlos, están muy a la vista y eso es maravilloso.
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Desde el Fairmont salen excursiones que resultan imperdibles para los entusiastas del senderismo.
Encontrarás carteles con advertencias de la presencia de osos y algunas recomendaciones (no caminar solo, sino en grupos, no darles la espalda, subir las manos, hablar alto).
Suena intimidante, ¡y lo es! No es lo mismo ver a uno de estos gigantes desde el auto o a lo lejos, que enfrente de ti. No nos tocó un encuentro de esta naturaleza, pero el simple hecho de imaginarlos cerca nos erizó la piel.
▌Uno de los recorridos más famosos es el Big Beehive, pero ojo: es sólo para los que tienen cierta condición física porque son aproximadamente 11 kilómetros.
Eso sí, cada metro de este sendero vale la pena. Uno menos exigente para el cuerpo, pero igual de encantador, es el que lleva a los Lagos Mirror y Agnes.
Y una tercera opción es el Plain of the Six Glaciers. Cualquiera que sea tu elección, lo ideal es hacerlo con un guía local.
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▌Y como tanta actividad abre el apetito, querrás saber dónde comer en Banff.
Hay muchas opciones y en casi todas destaca la carne, que distingue a la región por su alta calidad.
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Entre nuestros favoritos están 1888 Chop House, Chucks Steak House y el Crave Mountain Grill.
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Banff y sus alrededores son un tesoro
que todos merecemos descubrir.
¿Estás listo para empacar?
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